Evita romper la cadena de frío en logística: identifica los riesgos
La cadena de frío en logística se define como un proceso de manipulación de los productos que garantiza que estos se mantienen dentro de un rango de temperatura concreto desde la fase de producción hasta su entrega al consumidor final. Romper la cadena de frío puede generar problemas de salud pública, al abrir la puerta a:
- El deterioro prematuro de la mercancía.
- La pérdida de las propiedades organolépticas (sabor, apariencia, etc.).
- Y a la proliferación de bacterias y microorganismos nocivos para el ser humano que se reproducen con más facilidad en entornos relativamente templados.
Evitar romper la cadena de frío es, por tanto, una de las principales obligaciones del gestor logístico. Veamos qué productos se ven expuestos a esta contingencia y cuáles son los puntos débiles de la cadena de suministro donde es preciso extremar la vigilancia.
¿A qué productos afecta la rotura de la cadena de frío en logística?
Los productos más sensibles ante una hipotética rotura de la cadena de frío son, fundamentalmente, tres:
- Alimentos perecederos, como frutas y verduras, o carnes y pescados sin procesar ni congelar.
- Alimentos congelados, incluyendo tanto los frescos como los precocinados.
- Medicamentos termolábiles (alterables por el calor), especialmente ciertas vacunas que deben mantenerse refrigeradas para asegurar su eficacia.
¿En qué puntos críticos se puede romper la cadena de frío?
Dentro de las distintas tareas que comprende la cadena de suministro en logística, existen cuatro fases críticas en las que aumenta la probabilidad de rotura de la cadena de frío:
1. Carga y descarga
La actividad de carga y descarga de los productos alimentarios y farmacéuticos debe realizarse con la máxima celeridad para evitar una exposición prolongada de estos a temperaturas ambiente o al margen del intervalo establecido en la cadena de frío.
Por otro lado, cuando el origen o el destino de la mercancía es una cámara de congelación, es aconsejable utilizar un SAS (Security Airlock System) , es decir, una precámara que previene los cambios bruscos de temperatura y presión y reduce la pérdida de frío en el interior del espacio de conservación.
En el caso de los productos guardados en cámaras refrigeradas, la clave está en minimizar el riesgo de condensación de agua, que se produce cuando el contraste entre la temperatura de la cámara y la del exterior es muy acusado. Para ello, se debe calcular el punto de rocío en función de las circunstancias del entorno y regular en consonancia la temperatura de la fase de prefrío.
2. Almacenaje
El control constante de la temperatura en el área de almacenaje es imprescindible para actuar rápidamente ante cualquier imprevisto susceptible de romper la cadena de frío.
Para almacenar productos congelados, la solución más segura son las cámaras automatizadas, dotadas de:
- Un plenum, para favorecer la circulación del aire en la parte superior.
- Soportes para los evaporadores, que permiten el movimiento del aire y su ascenso hasta el plenum.
- Un pasillo elevado aislado para el mantenimiento de los evaporadores.
3. Transporte
Desde los almacenes logísticos también es posible contribuir al mantenimiento de la cadena de frío durante el transporte: mediante un sistema de gestión de almacenes que se coordina directamente con las agencias de reparto.
Por ejemplo, el SGA Easy WMS de Mecalux ofrece un módulo denominado Multi Carrier Shipping Software, que cuenta con conectores compatibles con los sistemas informáticos de las principales compañías de transporte. De este modo, es posible generar e imprimir las etiquetas de los bultos y hacer un seguimiento del transportista en su ruta de reparto: todo ello encaminado a agilizar los procesos, un aspecto crucial cuando se transporta mercancía refrigerada.
4. Distribución y venta
Aunque se haya extremado el cuidado de la cadena de frío durante todo el proceso de suministro, un fallo en el último eslabón, el de la distribución y la venta al público, puede resultar catastrófico.
En muchas ocasiones, no basta con mantener el producto en un arcón refrigerado, sino que también hace falta comprobar la apropiada ventilación del expositor y la disposición de los elementos circundantes. Si se da una manipulación negligente de la mercancía en este paso, se puede romper la cadena de frío justo antes de la llegada al consumidor final.
Ahora que ya conoces los puntos críticos de la logística en los que se puede romper la cadena de frío, te invitamos a que consultes los sistemas más innovadores para controlar la temperatura en el almacén. Descubre cómo proteger correctamente tus productos alimentarios y farmacéuticos con Mecalux.