El almacenamiento ‘on-demand’ flexibiliza la logística
El auge de las nuevas tendencias de consumo como la omnicanalidad o el e-commerce han obligado a las compañías a buscar soluciones para dar respuesta a la complejidad de la logística 4.0. Los almacenes on-demand, la evolución de los 3PL, están aquí para quedarse.
Hay que tener en cuenta que la externalización de la logística en las empresas es una tendencia en auge. Un estudio de la consultora Global Market Research a este propósito apuntaba que este sector, que ya supera el billón de dólares de volumen de negocio, seguiría creciendo a un ritmo anual del 9% hasta 2026.
En este artículo arrojamos luz sobre el concepto de warehousing on-demand, cuáles han sido los factores de su irrupción y, sobre todo, qué sectores pueden verse más afectados por esta nueva tendencia logística.
¿Qué es el warehousing ‘on-demand’ o almacenaje flexible?
Warehousing on-demand es la evolución del concepto de operador logístico o 3PL. En un contexto en el que las empresas gestionan cada vez más referencias y donde el e-commerce ha agravado, más si cabe, la estacionalidad del mercado, las compañías requieren flexibilidad en su logística.
El almacenaje on-demand puede definirse como “la capacidad de acceder a los servicios de almacenamiento y preparación de pedidos cuando sea necesario, sin estar sujetos a contratos a largo plazo”.
A diferencia de los servicios logísticos tradicionales, el warehousing on-demand nace como una tendencia en la que se subcontratan operativas como la recepción, el almacenamiento y la preparación de pedidos según el volumen de mercancía que gestionar y durante un corto periodo de tiempo (el precio puede rondar los 10 euros por tarima y día).
En otras palabras, un operador de almacenaje a la carta proporciona servicios de transporte, almacenamiento y preparación de pedidos a empresas que no tienen capacidad para gestionar picos de demanda en un almacén propio. Normalmente estos operadores cuentan con la última tecnología para poder gestionar la mercancía de distintos clientes sin que se produzcan errores (un potente sistema gestión de almacenes es imprescindible). Mecalux, de hecho, ha desarrollado varios proyectos de automatización de almacenes para operadores 3PL (Havi Logistics, Luís Simões…).
En cualquier caso, la principal diferencia de los operadores on-demand respecto a los 3PL es la duración del contrato. Con un 3PL la empresa contratante confía toda o parte de su logística a medio o largo plazo. En cambio, las compañías recurren al on demand warehousing durante periodos muy concretos con el objetivo de reforzar su logística en ciertas situaciones.
Aplicaciones de un almacén ‘on demand’
Cada vez son más las empresas de todos los sectores que apuestan por externalizar su logística para asegurar entregas ágiles y eficientes a sus clientes finales. No en vano, son los e-commerce quienes más interés tienen en el almacenaje flexible, ya que la venta online sufre de una alta estacionalidad de producto.
La gran ventaja del almacenamiento flexible es que no precisa un compromiso a largo plazo. Por lo puede optarse por estos servicios en situaciones para las que sabemos que nuestro almacén no está preparado. Veamos algunos casos donde puede ser útil externalizar la logística siguiendo este modelo:
- Campañas de alta demanda: desde el día de los enamorados hasta Navidad, las compañías deben ser capaces de adaptar su logística a periodos cortos de alta intensidad. Por ese motivo, un proveedor de warehouse on-demand proporciona más suelo y más personal sin que las sociedades reorganicen su propio almacén.
- Cadenas de suministro omnicanales: Hoy en día son muchas las empresas que apuestan por la omnicanalidad, es decir, combinar la venta física con la gestión de las órdenes online (canal e-commerce). Con ese fin, las empresas externalizan una parte importante de los pedidos a un proveedor especializado en logística e-commerce.
- Sobrestock: los almacenes bajo demanda posibilitan que las compañías dispongan de una capacidad extra de almacenaje en los momentos en los que cuentan con un exceso de inventario en el centro logístico principal. Si bien es una tendencia a evitar, la complejidad de pedidos en el comercio electrónico, con miles de referencias, dificulta el ajuste de stock.
- Abrir nuevos productos/mercados: no solo las organizaciones más pequeñas emplean esta nueva tendencia. En Estados Unidos y Europa cada vez más empresas de medio y gran tamaño se valen de estos almacenes para introducir nuevos productos y abrir mercados. Esta solución es ideal para almacenar mercancía de menor rotación y así no tener que invertir en nuevos sistemas de almacenaje en el centro logístico principal hasta que el producto esté consolidado en el mercado.
Por el contrario, aún hay sectores que pueden ser reacios a apostar por el almacenamiento flexible, pues la logística 3PL tradicional está muy arraigada en sus negocios. Sin ir más lejos, el ejemplo más claro es el ámbito de la alimentación, donde prácticamente no existe la estacionalidad de producto, y donde las unidades de carga todavía son mayoritariamente tarimas. Así pues, estas empresas no ven la necesidad de variar su fuerza laboral o sus metros logísticos según la temporalidad del producto.
Flexibilidad para garantizar un servicio logístico ágil y eficiente
En un contexto de máxima complejidad de las operaciones, las empresas omnicanales ya no requieren de grandes estructuras de almacenaje, sino que la estacionalidad de sus productos y del mercado global las obliga a ser flexibles en su logística.
Con los almacenes flexibles, las organizaciones pueden dar respuesta a campañas de alta demanda, sin la necesidad de modificar el layout del almacén ni implantar nuevos sistemas de almacenaje.
Por esa razón, los almacenes bajo demanda van ganando poco a poco terreno a la externalización de servicios logísticos tradicionales (3PL), al ofrecer un servicio más especializado durante un periodo de tiempo concreto.