Almacén regulador: qué es y cómo contribuye a optimizar la logística
Un almacén regulador es una instalación logística cercana a las líneas de producción donde se almacenan temporalmente los productos finales a la espera de ser expedidos hacia los diferentes centros de distribución o directamente al cliente final.
En este artículo analizamos qué son los almacenes reguladores, qué papel juegan en la logística y cómo optimizar las operativas que tienen lugar dentro y fuera de sus paredes.
¿Qué son los almacenes reguladores?
Un almacén regulador es un centro logístico, situado generalmente cerca de la planta de producción de la compañía, que se encarga de absorber los flujos de salida de los artículos elaborados en el centro de producción, almacenarlos temporalmente y despacharlos para abastecer a otros almacenes de la misma empresa, a distribuidores o incluso a grandes clientes finales.
A menudo, las empresas recurren a esta solución ante escenarios de producción muy elevada en los que el stock a almacenar excede el espacio disponible en la planta productiva. El almacén regulador se erige en ocasiones como el mayor centro de almacenaje de toda la compañía. En él se depositan los artículos a la espera de ser distribuidos hacia otros almacenes siguiendo una planificación logística y según las demandas puntuales de la empresa. Con frecuencia aloja productos de alta rotación (tipo A y B, según los criterios del método ABC), evitando, salvo excepciones, almacenar aquellas referencias de menor demanda.
Este tipo de almacenes también suelen implantarse en compañías con stock estacional en las que las líneas de producción disponen de una actividad irregular y que habitualmente cuentan con un elevado volumen de mercancías que necesitan ser almacenadas fuera del almacén principal hasta que se genere su demanda. Este es un servicio logístico corriente que ofrecen los principales operadores logísticos: los clientes contratan un almacén de modo temporal para almacenar el stock hasta que sea demandado por los diferentes almacenes regionales.
Ventajas de un almacén regulador
El almacén regulador es una herramienta logística muy útil para compañías que fabrican, mueven y distribuyen grandes volúmenes de producción. Estos son algunos de sus principales beneficios:
- Stock centralizado: concentrar el inventario en este tipo de almacén permite tener un control global de la mercancía y minimizar la inversión en la gestión del inventario.
- Mayor flexibilidad logística: estos centros logísticos hacen que la compañía se adapte mejor a los cambios en la demanda, ya que almacenan temporalmente toda clase de mercancía.
- Restricción de grandes inversiones: evitan adquisiciones de suelo logístico cerca de las grandes ciudades, donde más aumenta el valor de la superficie de almacenaje.
- Disminución de costos de transporte: estas instalaciones logísticas se encuentran entre los centros de producción y las grandes ciudades, lo que permite acortar las distancias de transporte.
- Reducción de los tiempos de entrega: estos almacenes favorecen un flujo de mercancías eficiente, lo que no solo disminuye los costos de expedición y envío, sino también los tiempos de entrega.
Por todos estos motivos, un almacén regulador es un actor imprescindible en la cadena logística de compañías con un gran volumen de demanda o que aspiran a un crecimiento sostenido. Estos centros permiten que las plantas de producción se especialicen en los procesos de manufactura y que los almacenes regionales, próximos a las grandes urbes, sean abastecidos en todo momento con la mercancía que requieren.
Igualmente, nuevas tendencias del mercado como lo omnicanal han consolidado la implantación de estas naves logísticas, al ayudar a las compañías a mejorar sus políticas de envíos: abastecer a varios almacenes y centros de producción situados cerca de los grandes centros urbanos, actuando como si fueran proveedores internos de stock.
Cómo gestionar un almacén regulador
El almacén regulador ha de estar sincronizado con las plantas de producción de la compañía, con las instalaciones donde se almacenan temporalmente las materias primas y, por supuesto, con el proveedor logístico o el cliente final. Por esa razón, cada vez es más usual automatizar la cadena logística con un software de gestión de almacenes (SGA). Este programa facilita el intercambio de datos en tiempo real con todos los actores de la cadena de suministro, además de coordinar las distintas instalaciones logísticas de una misma compañía. En una estructura multialmacén, donde las existencias de la empresa se reparten en múltiples instalaciones, digitalizar los procesos logísticos es clave para disponer de un férreo control del stock.
Los almacenes reguladores acogen y dan salida a un gran volumen de existencias de la planta de producción, actuando como intermediarios internos entre el proceso de manufactura y el de distribución. Para las empresas que cuentan con estas instalaciones, un SGA se convierte en un aliado indispensable, dado que asegura que el almacén regulador coordine las órdenes de pedido internas que recibe de las instalaciones regionales de la compañía.
Cómo automatizar un almacén regulador
Un almacén regulador requiere de soluciones logísticas que optimicen el espacio de almacenaje, pues debe albergar todos los productos salientes de las líneas de producción. Por tanto, son muchas las compañías que sustituyen sus equipos de manutención manuales por áreas de almacenaje automatizadas con transelevadores para tarimas. Estos sistemas automáticos aceleran la ubicación y extracción de artículos de las estanterías. Se trata de una solución con la que se aprovecha al máximo la superficie de almacenaje y se provee las estaciones de preparación de pedidos –o, incluso, los muelles de carga– de productos listos para ser expedidos.
Además, un almacén regulador exige rapidez en el movimiento de un gran volumen de mercancías para abastecer con prontitud los almacenes regionales o centros de distribución de la compañía. Es por ello que se instalan transportadores para tarimas, sistemas de transporte automático que agilizan el flujo de mercancías entre la planta de producción y el almacén o incluso entre varias áreas de almacenaje. Esta solución dinamiza el flujo de mercancías hasta la zona de expediciones.
Asimismo, estas instalaciones logísticas también suelen incorporar soluciones automatizadas para favorecer la expedición de productos. Más allá de colocar un circuito de transportadores, existen soluciones inteligentes que incrementan la eficiencia del movimiento de productos. Ese es el caso de los sórteres que, conectados al software de gestión de almacenes, clasifican directamente los productos según el almacén regional o centro de distribución al que se enviará la mercancía.
Almacén regulador: producción a gran escala
El almacén regulador es una solución ideal para compañías con elevada demanda de producción, convirtiéndose, en muchas ocasiones, en un almacén estratégico donde ubicar todo el producto acabado a la espera de ser expedido hacia el centro de distribución o hacia los distintos almacenes regionales.
No obstante, estos almacenes exigen un elevado control de las existencias para no incurrir en roturas de stock o, por el contrario, en escenarios de sobrestock que multipliquen los costos de almacenaje. En consecuencia, numerosas compañías combinan sistemas de almacenaje automatizados con un software de gestión de almacenes que sincronice todas las operaciones que tienen lugar en la instalación.
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