Tipos de proveedores, ejemplos y cómo elegir el mejor
La eficiencia y continuidad de una compañía dependen de su propia organización y productos, pero también de la de sus proveedores. Casi ningún negocio genera todos los recursos que necesita para su actividad por sí solo, por lo que saber establecer relaciones con terceros y detectar a los aliados más competentes es una habilidad clave para la supervivencia empresarial.
¿Qué es un proveedor?
Un proveedor es una persona u empresa que se encarga de abastecer a otras de los insumos o servicios que necesita para sacar adelante su producción. Hay distintos tipos de proveedores en función de su posición en la cadena de suministro y, aunque existen múltiples clasificaciones, pueden dividirse en mayoristas, fabricantes e importadores.
La división del trabajo entre proveedores internos —es decir, pertenecientes a la propia empresa— y externos presenta ciertas ventajas. Por ejemplo, permite una mayor especialización, ya que estos suministradores poseen estructuras organizativas diseñadas específicamente para su labor. Asimismo, disponen de un equipo humano formado para las tareas que ejecutan y cuentan con una amplia experiencia al haber desarrollado proyectos similares para otros clientes.
Tipos de proveedores
Hay varias formas de clasificar a estos comerciantes e identificar el más adecuado para cada proyecto. Además, estos pueden distinguirse entre proveedores de servicios o proveedores de bienes o productos. Del mismo modo, los denominados B2B o business-to-business únicamente atienden a empresas y no venden a particulares.
Según su modelo de negocio
El fabricante de un producto puede confiar su distribución a otra empresa o convertirse en proveedor de estos bienes a terceros. Esta condición ofrece algunas ventajas al cliente final, que puede acceder a opciones como la personalización de los artículos. Otros tipos de proveedores son los mayoristas e importadores. Ambos funcionan como intermediarios. Los mayoristas compran mercancía al por mayor y suelen importar productos para su venta, mientras que los comerciantes no adquieren ni almacenan los artículos: únicamente consiguen pedidos y actúan como la cara visible que suministra la mercancía.
Según su ubicación
Otra manera de clasificar los tipos de proveedores es su localización y red de distribución. Este es un aspecto a tener en cuenta cuando se necesita recibir servicios en diversos países o expresarse en varios idiomas.
- Proveedores locales. Se ubican en la misma ciudad o región que la empresa, lo que conlleva ventajas en la logística y la comunicación.
- Proveedores nacionales. Operan en el mismo país que la compañía, aportando control sobre el proceso con tiempos de entrega cortos.
- Proveedores internacionales. Exportan sus productos o servicios a distintos países, lo que les permite ofrecer en ocasiones precios más competitivos.
- Proveedores remotos. Aprovechan la digitalización y las tecnologías para trabajar en cualquier lugar del mundo sin que se requiera su presencia física.
Según el tipo de producto
Los proveedores pueden ser más o menos relevantes para el negocio en función de los productos que les suministren:
- Proveedores de productos de rutina. De bajo valor, estos objetos son sencillos de encontrar, por lo que los suministradores también son fácilmente reemplazables. Así pues, deberán esforzarse en prestar un servicio impecable.
- Proveedores de productos palanca. De mayor precio, los componentes palanca suelen suponer una gran parte del precio de venta del producto terminado. En estos casos es indispensable contar con una buena previsión de la demanda.
- Proveedores de productos “cuello de botella”. Estas empresas comercializan productos difíciles de conseguir y que no siempre están disponibles. Se aconseja mantener una buena relación con ellas para evitar su escasez en el futuro.
- Proveedores de productos estratégicos. Suelen ser líderes en el suministro del producto al no contar con mayor competencia.
Según su relación con la empresa
Los proveedores pueden ser externos y pertenecer a otras compañías, o ser internos —es decir, empleados—. Si los externos son negocios que suministran bienes o servicios para el buen funcionamiento de sus clientes, los internos son los propios trabajadores de una empresa. Así, un departamento puede convertirse en un proveedor interno si, por ejemplo, proporciona informes, estudios de mercado u otro tipo de servicios a otras unidades de la compañía.
Según la regularidad de sus servicios
Los proveedores pueden ser regulares o esporádicos. Los primeros brindan servicios de forma cotidiana y programada, lo que puede traducirse en una relación comercial más cercana. También puede implicar contar con ciertas facilidades extra en los procesos y en los pagos de las mercancías. En cuanto a los esporádicos, son aquellos que entran en acción en situaciones puntuales. En consecuencia, es posible contactarlos por temporadas o cuando surge un imprevisto como una reparación no planificada.
5 claves para elegir proveedor
¿Cómo elegir en un mercado con tantas posibilidades? Existen algunos aspectos que considerar antes de iniciar una relación:
- Reputación de la empresa. Trabajar con organizaciones que ya se hayan labrado un nombre entre sus usuarios suele ser garantía de que dispensarán un buen servicio. Recopilar información sobre el proveedor, investigar con qué clientes ha trabajado y recuperar testimonios antes de comprometerse posibilita seleccionar socios cumplidores y responsables.
- Certificaciones. Normas como la ISO 9001 añaden garantías a la calidad del trabajo de las organizaciones.
- Cumplimiento de los plazos de entrega. Para sostener los proyectos de sus clientes los proveedores tienen que asumir la importancia de los tiempos límite establecidos y llevar las mercancías en los plazos acordados. Ser proactivos y dar respuestas rápidas frente a las necesidades suma muchos puntos.
- Relación calidad/precio. Se recomienda contrastar varios servicios antes de decantarse por uno, ya que un precio elevado no siempre es sinónimo de calidad.
- Servicio posventa. Las compañías que no desaparecen tras cerrar una venta y ofrecen un seguimiento de la instalación, asistencia técnica o mantenimiento aportan una mayor seguridad.
Gestión de proveedores
El proceso de selección de un proveedor consiste, en primer lugar, en elegir uno a partir del análisis de una oferta y de las necesidades propias. Tras evaluar los beneficios o riesgos de esta nueva relación comercial, se procede a la negociación contractual, en la que se determinan las condiciones para el intercambio de bienes o servicios.
Por último, y una vez que la relación comercial haya comenzado, es aconsejable hacer una revisión del rendimiento y obtener un feedback sobre el desempeño. Así podrá determinarse si conviene repetir con la empresa seleccionada inicialmente o si merece la pena volver a iniciar el proceso de elegir entre distintos tipos de proveedores.
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