Stock de almacén: clasificación y control
El stock del almacén desempeña un papel crucial en buena parte de las operaciones logísticas, por lo que es fundamental disponer de una buena visibilidad y distribución de este activo.
¿Qué es el stock de un almacén?
El stock del almacén, también conocido como inventario o existencias, son aquellas mercancías que una empresa conserva en una nave o depósito. Estos artículos son inversiones realizadas por la compañía a fin de hacer frente a la demanda de sus clientes o a sus necesidades productivas. Puede tratarse de materias primas o de productos terminados, y su objetivo final es obtener una rentabilidad con su venta o transformación. Es por ello que la elección del método de clasificación por el que se regirán es de gran relevancia. Otros aspectos a tener en consideración son el espacio que ocupará ese stock en el almacén y la rotación de las referencias que lo componen.
¿Qué tipos de stock existen?
El tipo de stock de cada producto depende de sus características y, en una misma empresa, cada artículo puede ceñirse a una política diferente. A su vez, los tipos de inventario pueden organizarse, por ejemplo, según la función que cumplirán:
- Stock de ciclo. Se trata de aquellas existencias imprescindibles para satisfacer volúmenes de demanda habituales, sin contemplar cambios o imprevistos en la cadena de suministro.
- Stock estacional. Es el inventario acumulado para hacer frente a requerimientos puntuales en ciertas épocas o fechas del año. En el sector del ecommerce y el retail estas pueden darse durante el Black Friday o la Navidad.
- Stock de seguridad. Son las mercancías que se preparan para cubrir situaciones excepcionales como retrasos.
- Stock de alerta. Es un indicador que alerta a la empresa de que ha llegado el momento de reponer alguna referencia. Idealmente, su cuantía debe ser superior al stock de seguridad.
- Stock inactivo. Comprende artículos que han dejado de fabricarse, están dañados o no pueden comercializarse. La finalidad es agilizar la logística interna lo suficiente para evitar que las existencias válidas terminen transformándose en stock inactivo.
Asimismo, el stock del almacén puede categorizarse según el papel que cumpla en la compañía y su organización operacional:
- Stock físico. Contabiliza las existencias disponibles.
- Stock mínimo. Son los productos que una empresa debe tener en sus instalaciones con el fin de que no se produzcan roturas de stock, es decir, que la compra de un cliente no pueda verse satisfecha.
- Stock máximo. Lo define la capacidad total del almacén.
- Stock óptimo. Es el equilibrio justo para dar respuesta a las necesidades de la empresa.
Control de stock en el almacén
El control de los productos ubicados en un almacén se rige, en primer lugar, por la política de stocks marcada por la compañía. Esta determina, por ejemplo, los días de stock disponible con el que atender a los clientes o la producción con los que se debe contar en el almacén. Así, el control del stock es el proceso de comprobación de las existencias, para lo que se tienen en cuenta las unidades que entran y salen de las instalaciones.
¿Cómo comprobar el stock en un almacén?
Existen distintas formas de controlar el stock del almacén. Estas van desde métodos manuales hasta opciones automatizadas que ayudan a las empresas a ser competitivas en el mercado:
- Mediante un software de almacenes. Un programa específico para logística como el sistema de gestión de almacenes Easy WMS permite conocer en todo momento cuál es el stock de la compañía, de dónde procede, dónde se ubica y a dónde se dirige. Proporciona toda esta información en tiempo real, lo que facilita cumplir con las demandas de los clientes y ofrecer entregas puntuales y sin errores. Además, se integra con los ERP para coordinarse con los procesos productivos y puede controlar varios almacenes a la vez.
- Con inspecciones físicas. Pese a que el software es la opción más eficaz, visitar el almacén siguiendo la filosofía genchi genbutsu es otra forma de aflorar productos que han caído en desuso o están sufriendo mermas de inventario.
- Reevaluando los niveles de stock. Una previsión de la demanda adecuada indica el tiempo esencial para vender cada referencia. Sin embargo, los cambios de tendencia o imprevistos en la cadena de suministro pueden provocar desajustes, por lo que es preciso reevaluar los niveles de stock a medida que se recibe nueva información.
¿Por qué guardar stock en un almacén?
Aunque debe evitar caer en el sobrestock, una empresa puede elegir acumular existencias en sus instalaciones por varios motivos diferentes:
- Impedir las roturas de stock. Que un cliente no pueda disponer del producto que necesita suele traducirse en pérdida de ventas y hacer que el negocio se resienta. Conservar un stock de seguridad puede ayudar a eludir esta situación.
- Alcanzar objetivos. El método make to stock, es decir, fabricar para almacenar, es una estrategia para anticiparse a situaciones o lograr ciertas metas empresariales.
- Reducir los tiempos de entrega. Disponer de los productos indispensables para cumplir con un pedido en el almacén contribuye a completarlo con rapidez, lo que aumenta la satisfacción y lealtad de los consumidores.
- Evitar gastos de última hora. Contar con existencias adicionales hace que no sea imperativo recurrir a peticiones urgentes a los proveedores.
- Satisfacer la demanda estacional. Por ejemplo, las empresas jugueteras pueden guardar stock en el almacén antes de Navidad a fin de satisfacer la demanda del periodo festivo.
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