Debido a la constante evolución de la tecnología, nuestro entorno se modifica a una gran velocidad. Uno de los cambios de paradigma más importantes que han tenido lugar en los últimos años ha sido el provocado por la industria del software, con la creación de aplicaciones desarrolladas para la nube (o cloud). Las actividades logísticas de las empresas se han adaptado rápidamente a este cambio, exigiendo cada vez más que las aplicaciones de software que implementan sean compatibles con la nube.
Este cambio de paradigma ha sido propiciado principalmente por las necesidades de los propios clientes, quienes ante periodos de crisis han apostado por el tipo de soluciones que solo la nube puede ofrecer: de inversión contenida, versátiles y de movilidad.
Sin embargo, también es esencial tener en cuenta la influencia fundamental que ha ejercido la evolución de la tecnología, que ha permitido incrementar la capacidad de conexión tanto en comunicaciones en ubicaciones físicas como en movilidad, así como los cambios sociales motivados por la globalización, la compartición de información y la necesidad de acceder permanentemente a la información.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de cloud?
Existen muchas definiciones para un término tan amplio y que, hoy en día, se atribuye casi a cualquier solución. Tal vez, la que más se aproxima afirma que se trata de un modelo de consumir tecnología (aplicaciones, computación y almacenamiento) como un servicio a través de una red (usualmente internet), sin necesidad de inversiones, de forma segura y accesible desde cualquier lugar.
Beneficios destacados
Las principales características que han propiciado este crecimiento de soluciones en la nube son:
Ahorro en la inversión inicial
de cualquier proyecto de implantación de software .La infraestructura de hardware para alojar la solución se elimina y solo son necesarios los equipos de uso. Además, el coste inicial de licenciamiento tampoco es preciso, ya que se aplica un pago por uso y servicio mensual (SaaS).
Actualizaciones automáticas y seguras de las aplicaciones
No hay que dedicar varias semanas a actualizar las aplicaciones de la compañía, con los problemas que puede acarrear de pérdida de datos, tiempos muertos, etc. Las actualizaciones son completamente transparentes y sin intervención alguna.
Ahorro en los costes de mantenimiento
Al adoptar un modelo SaaS, el mantenimiento de la aplicación y del alojamiento de la solución recae en el proveedor.
Flexibilidad
Este modelo es ideal para empresas con crecimientos fluctuantes en el tiempo, de manera que siempre es posible incrementar o reducir el servicio que se está recibiendo.
Acceso a la información desde cualquier lugar
Tan solo es necesaria una conexión a Internet para poder trabajar de forma remota.
Reducción de los tiempos de implantación
cuando se realiza un despliegue de la solución, ya que resulta innecesaria la instalación del software en los clientes al acceder al programa informático desde un navegador web.
Seguridad
La computación en nube no depende de equipos informáticos, por lo que no se pierden datos en caso de extravío de equipos portátiles o ante cualquier fallo en un equipo del cliente. Es decir, debido a que los datos se almacenan en la nube, se puede acceder a la información de la empresa independientemente de cualquier eventual suceso que pueda acaecer al equipo informático.
Algunos “contras”
Todas estas características son ventajas que han propiciado que actualmente más del 60% de las medianas empresas tengan servicios en la nube. Pero también existen inconvenientes a la hora de trabajar en la nube:
Dependencia de la conexión a la red
Por este motivo, antes de decidir dar el paso a la nube se debe comprobar que la infraestructura de red que soportará dichos servicios sea la adecuada e incluso asegurarse de disponer de un plan de contingencia ante posibles caídas de dicha red. Así, se obtendrá un sistema robusto.
Pérdida del control de los datos
Este es el mayor inconveniente que muchas empresas esgrimen para dar el salto a la nube. Al subir la información a un servidor alojado en la nube, y que puede estar replicado en cualquier otro por seguridad en la recuperación de un sistema, la deslocalización de la información es clara y a muchas empresas esto les causa temor. Este recelo se basa en parte en la percepción de que los datos están más seguros en sus propias instalaciones, cuando lo cierto es que es más fácil que las fugas de datos se produzcan a nivel interno y la posibilidad de un incidente con sistemas propios es mucho más probable que con cualquier servicio alojado en la nube.
Un ejemplo de evolución: Easy WMS
Realmente, analizando los pros y contras del uso de la nube, es evidente que el futuro del software y los servicios reside en este nuevo escenario y en los próximos años las empresas apostarán cada vez más por adoptar esta tecnología.
Atendiendo las necesidades cambiantes de sus clientes y ante este nuevo paradigma, Mecalux Software Solutions, la división de desarrollo de software de Mecalux, ha creado una nueva versión de su software de gestión de almacenes Easy WMS, para que pueda operar según la arquitectura que desee el cliente:
O bien en la nube, ofreciendo un modelo de servicio en la nube SaaS (Software as a Service).
O bien del modo tradicional cliente/servidor (modelo on-premise), alojado en sus instalaciones. De esta forma, es el cliente quien decide con qué opción se siente más cómodo a la hora de trabajar. E incluso si prefiere empezar con el modelo tradicional, puede luego saltar a la nube o viceversa. Flexibilidad, ante todo.